martes, 26 de octubre de 2010

Nampula, 26 de Octubre del 2010

Hace un mes que no piso la playa. Un mes sin salir de Nampula. Un mes yendo de casa a la universidad y de la universidad a casa. Empiezo a sentirme gris.

Lo malo de pasar los fines de semana metida en casa es que da tiempo a pensar y echar de menos otras cosas que antes tenía y ahora no tengo.

Dejando a parte lo obvio, como amigos y familia, echo de menos la libertad que me daba disponer de coche para viajar.

Echo de menos, por ejemplo, un parque para pasear; mis patines; calles y aceras lisas, sin agujeros; ir a la montaña; flores en los balcones; casas pintadas de blanco; papeleras en las calles; montar en bicicleta; cuidar mis plantas; acariciar a mi perra; ir al cine...

Los meses de julio, agosto y septiembre los he pasado sin darme respiro para pensar. Cargada de trabajo entre semana y viajando a la playa durante los fines de semana, a penas me daba cuenta de que no tenía esas cosas que ahora añoro. De ahí la importancia de estar siempre haciendo algo.

Ayer me hice mi tercer test de malaria. Éste también dió negativo. Al parecer, sólo fue una jaqueca. Ante el menor síntoma, es aconsejable hacerse el test por si acaso. Coger a tiempo la enfermedad puede facilitar la cura.

En fin, que a ver si voy a la playa y me espabilo.

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