jueves, 2 de septiembre de 2010

Nampula, 02 de Septiembre del 2010

El 26 de julio empezamos la segunda parte del año académico y, desde entonces, a penas tengo tiempo libre entre semana. Trabajo, trabajo y más trabajo, hace que los días pasen volando.

Desde que descubrí las playas de aquí (son increíbles), sólo me he quedado un fin de semana en Nampula. La ciudad llega a hacerse claustrofóbica cuando paso mucho tiempo en ella. Mañana por la tarde, al acabar las clases, me voy a Chocas. Estamos en la época de las ballenas y, con un poco de suerte, igual consigo ver alguna. El otro día, de vuelta de la playa, vimos un grupo de macacos atravesando el camino. No se dejaron fotografiar (cachisss).

La mayor parte de las personas con las que me relaciono hablan portugués. Como el español y el portugués son idiomas muy parecidos, no tengo problemas para integrarme.

La gente que estoy conociendo es genial, me alegra la vida en este sitio.

Con Vivien, la convivencia es realmente buena. Desde que ella llegó a Nampula y me trasladaron al edificio donde viven los profesores, mi calidad de vida a mejorado. Tenemos una empleada (Mariama) que nos hace las tareas de casa mientras que estamos en la universidad. Es una maravilla, llegar a casa y encontrarte todo hechito, comida incluida.

Entre los vecinos del edificio hay muy buen ambiente. Todos estamos por ayudarnos, cosa que tranquiliza bastante porque todos nos dedicamos a algún tema relacionado con la salud. Tener esa parte cubierta en este sitio, da bastante seguridad.

En agosto vinieron, desde España, unos amigos a pasar sus vacaciones. Fue estupendo tenerles conmigo aunque, como yo tenía que trabajar, no pudiera acompañarles todo el tiempo que me hubiera gustado.

Hace unos días que recibimos la noticia: Vivien y yo viajaremos a Durban, con todos los gastos pagados, del 18 al 25 de este mes para asistir a los congresos que se celebran en esos días: World Congress on Refractive Errors y World Conference on Optometric Education.
Lo que, en principio, no era mas que un sueño se ha hecho realidad.

A veces, echo de menos España. Es la única pega que le encuentro a vivir en Nampula: siete mil kilómetros me separan de mis raíces.

1 comentario:

  1. En lo que cuentas se desprende que estas contenta de tu estancia allí, lo cual me alegra muchisimo. De todos modos yo ya lo sabia aunque no cuentes nada, porque estas guapisima en todas las fotos que pones y eso no puede sino ser el reflejo de como te sientes por dentro :) Un besazo muy grande niña, cuidate mucho y vuelve pronto, que te hecho mucho de menos jejeje

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