lunes, 21 de junio de 2010

Nampula, 21 de Junio del 2010

Hoy hace fresquito. Esta mañana el termómetro de casa marcaba 20º. Cuando en España hice la maleta, no puse demasiada ropa (quería llevarme la mayor cantidad de libros posible): tres camisetas, tres camisas, tres pantalones y un par de vestidos que no uso. Ahora ando echando en falta ropa de abrigo. Esta semana no estoy teniendo excesivo trabajo, aprovecharé para mirar algo por aquí antes de que me caigan estalactitas de la nariz.

Si no se piensa demasiado en lo que se deja atrás y tras pasado el duro período de adaptación, la vida aquí es agradable. Antes de venir a Nampula, me encontraba excesivamente estresada, el pulso se me alteraba por muy poco. Ahora, desde que estoy en este sitio, los síntomas han disminuído con una rapidez pasmosa.

Ayer fui invitada a una misa. El evento duró nada menos que dos horas y media. Fue bastante amena, todo el mundo participaba en la ceremonia, desde los más pequeños hasta los más mayores. Todos cantaban y expresaban su gratitud a Jesús de una forma distinta a la que tenía conocida. No creo que vuelva pero, me alegro de haber ido.

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